GINEBRA.- Las mujeres en los campos de refugiados tienen entre 8 y 10 veces más posibilidades de ser asaltadas sexualmente por sus maridos que por un extraño, según desveló hoy la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) basándose en un estudio realizado en campos de desplazados en el norte de Uganda.
"Más del 50 por ciento de las mujeres sufrieron abusos físicos en estos campos de Uganda y el 41 por ciento fueron forzadas sexualmente por sus maridos, en comparación con el 5 por ciento que fueron violadas por un extraño", señala el Informe Mundial Sobre Desastres 2012 publicado hoy por la FICR.
El texto pone de manifiesto que teniendo en cuenta estas cifras "el hogar" no es un lugar seguro para las mujeres en los campos de refugiados, que no solo están expuestas a violaciones sino también al maltrato físico por parte de sus parejas.
"La razón por la que se producen estos altos niveles de violencia sexual por parte de sus compañeros no está clara, pero la pérdida del rol tradicional y autoridad de los hombres en los campos de desplazados podría ser un factor predominante", añadió la FICR.
El informe asegura que las situaciones de conflicto y los desastres, en general, "contribuyen a una erosión de las estructuras relativas al comportamiento sexual dando lugar a prácticas sexuales inseguras y al sexo a cambio dinero".
En este sentido, la FICR expresa en el documento que el riesgo de sida y otras enfermedades de transmisión sexual es un punto clave de preocupación en los campos de refugiados.
La Cruz Roja Internacional mostró su preocupación por la evidencia de altos niveles de violencia de género y asaltos sexuales que están creciendo en los campos de desplazados, "donde la inseguridad y la erosión de las estructuras judiciales son los factores que más contribuyen a este incremento".
En este sentido, la FICR expuso además que los refugiados inician su actividad sexual cuatro años antes de lo que lo harían en otro contexto, tienen el doble de posibilidades de tener sexo de riesgo y el triple de tener un acceso limitado a ingresos.
Además, tienen más posibilidades de mantener relaciones en contra de su voluntad y tres veces más posibilidades de tener sexo a cambio de favores, especialmente las viudas, divorciadas o mujeres solteras.
Estos datos extraídos de un estudio que se realizó en el campo de refugiados de Lugufu, en la frontera oeste de Tanzania con República Democrática del Congo, son un retrato de las consecuencias sociales y sanitarias de la vida de los desplazados, según la Cruz Roja Internacional.
"La pobreza crónica y la falta de oportunidades laborales aumenta el riesgo del sexo a cambio de favores. Además del hecho de que en este contexto los hombres controlen recursos que típicamente eran controlados por las mujeres", revela el informe.
Con respecto a la planificación familiar en los campos de refugiados, la FICR indicó que entre un 30 y un 40 por ciento de las mujeres en zonas de conflicto de República Democrática del Congo, Sudán y Norte de Uganda no querían tener hijos en los próximos dos años, según un estudio del año 2011.
Sin embargo, en la mayoría de estos lugares el uso de anticonceptivos modernos era inferior al 4 por ciento y dos terceras partes de las instalaciones que debían proveer planificación familiar no tenían el suficiente personal, equipamiento o suministros.
Estas cifras enfatizan que la salud materna y reproductiva puede ser descuidada entre la población desplazada, según la Cruz Roja Internacional.
Por otro lado, la FICR expresa en el texto que hay que prestar especial atención a las minorías sexuales, especialmente lesbianas, hombres transexuales y trabajadores del sexo, que están expuestos de forma frecuente a violencia sexual y de género en situaciones de conflicto.
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