NUEVA YORK._ Héctor Flores Junior, un niño dominicano de residente en El Bronx, se tragó accidentalmente el silbato de un pato de juguete, pieza que se le alojó en los pulmones y se salvó milagrosamente gracias a las diligencias y preocupación de sus padres Héctor y Johanna Donovan, quienes lo llevaron al hospital Lebanon, pero allí el diagnóstico no fue el correcto. En ese centro, los galenos le practicaron al muchacho varias radiografías, pero no encontraron el pito y les dijeron a los padres que el niño no tenía nada y que era algo sicológico y que probablemente se debiera a mucha materia fecal acumulada en los intestinos del menor.
La respuesta equivocada en ese hospital fue al silbido que salía por la boca del jovencito cada vez que respiraba.
El papá regresó al mismo centro con una grabación del son
No hay comentarios:
Publicar un comentario