Grandes cantidades de este gas en la atmósfera del Planeta rojo, detectadas con anterioridad, podrían ser una señal de vida, pero el rover no logra «olfatearlas»El origen de la existencia de metano en Marte ha sido un misterio desde que los científicos detectaran su presencia por primera vez en 2003. La liberación a la atmósfera del planeta de grandes cantidades de este gas podría estar provocada por procesos geológicos pero, y por el momento nada lo ha descartado, también biológicos. Si así fuera, estaríamos ante la primera señal evidente de la existencia de vida en el Planeta rojo. En apariencia, la presencia del rover Curiosity en Marte puede suponer la gran oportunidad para resolver el enigma definitivamente, pero sus primeros intentos nos dejan,
desafortunadamente, con la duda. El vehículo explorador, que merodea por el cráter Gale, ha realizado las mediciones más sensibles hasta ahora para detectar gas metano, pero los resultados preliminares revelan que «ha olfateado» poco o nada.
En la Tierra, la mayoría del metano que se encuentra en la atmósfera procede de organismos vivos, aunque también puede ser provocado por procesos no biológicos. En Marte, los científicos han argumentado que podría haber llegado en meteoros estrellados contra su superficie, ser el resultado de procesos químicos no biológicos o, y aquí viene lo bueno, ser la señal de la existencia de vida oculta bajo la superficie del planeta. Criaturas como bacterias que sobrevivan en las entrañas del planeta. La firma del metano en la atmósfera marciana fue detectada por primera vez por telescopios terrestres y un orbitador europeo en 2003. Seis años después, telescopios de Hawai obsevaron columnas de metano, lo que sugería que balsas de vida podrían encontrarse en tres lugares cerca del ecuador del planeta, una hipótesis muy controvertida.
Ahora, los instrumentos del Curiosity (SAM) han realizado la primera búsqueda de metano desde dentro de la atmósfera de Marte. El robot utiliza un espectrómetro láser para rastrear muestras de aire y buscar las firmas químicas del metano. Después de cuatro intentos se obtuvieron dos muestras, pero estaban prácticamente vacías de metano. Este pobre resultado no ha desalentado a los científicos. «En este momento no disponemos de una detección positiva de metano en Marte, pero eso podría cambiar», apunta Sushil Atreya, coinvestigador del instrumento SAM.
Atmósfera destruida
Atreya cree que es posible que niveles más altos de metano hayan existido previamente en Marte, pero que hayan sido destruidos por otros gases como el cloro o por las terribles tormentas de polvo del planeta. Dados los resultados, el equipo no se atreve a decir qué pudo provocar el metano detectado anteriormente. «Todo está abierto en este momento (…) Estén atentos, la historia del metano no ha hecho más que empezar».
El Curiosity también ha dado pasos significativos hacia la comprensión de cómo Marte pudo haber perdido gran parte de su atmósfera original. Aprender lo que le pasó a la atmósfera marciana, en la actualidad cien veces más delgada que la de la Tierra, ayudará a los científicos a determinar si el planeta era habitable.
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