El exceso de ejercicio es tan malo como la falta de actividad, ya que en ambos casos se acelera la degeneración del cartílago de las rodillas en los adultos de mediana edad, de acuerdo a un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norte América (RSNA por sus siglas en inglés).
Una investigación de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ya había encontrado la asociación entre actividad física y degeneración del cartílago.
Para el nuevo estudio los científicos observaron los cambios en el cartílago de la rodilla en un grupo de 205 adultos, de 45 a 60 años de edad, mediante imágenes de resonancia magnética (RM) sobre los tiempos de relajación T2 para realizar un seguimiento de la evolución de los
primeros cambios degenerativos en el cartílago de la rodilla. Los participantes rellenaron un cuestionario sobre su actividad física y se les midió los valores de T2 del cartílago en rótula, fémur y tibia de la articulación de la rodilla derecha al inicio del estudio y a los dos y cuatro años.
De acuerdo a los resultados del estudio. participar con frecuencia en actividades de gran impacto, como correr, parece asociarse con una mayor degeneración del cartílago y potencialmente un riesgo más alto de desarrollar osteoartritis.
«Observamos una progresión acelerada de los tiempos de relajación T2 en aquellos que eran los más activos físicamente y también se aceleró la progresión de valores de T2 en los tenían niveles muy bajos de actividad. Esto sugiere que puede haber un nivel óptimo de actividad física para preservar el cartílago», explicó Thomas M. Link, profesor de Radiología y jefe de imágenes musculoesqueléticas en la UCSF.
Los resultados abren numerosas áreas de investigación futura, incluido el análisis de las repercusiones de determinados tipos de actividad física en la salud del cartílago de rodilla. Por ejemplo, algunos de los participantes en la Iniciativa Osteoartritis llevaba un acelerómetro, un dispositivo con un sensor de movimiento para registrar la actividad física. Junto con las conclusiones sobre los cambios en el cartílago de la rodilla, el estudio también pone de relieve el potencial de los tiempos de relajación T2 como un indicador temprano de la degeneración del cartílago. «Lo emocionante de las nuevas medidas de cartílago T2 es que nos den información a nivel bioquímico, lo que podría detectar cambios en una fase temprana, cuando todavía puede ser reversible», señaló el doctor Link.
El investigador indicó que las personas con alto riesgo de osteoartritis, como aquellas con antecedentes familiares, obesidad o daño en las rodillas, pueden reducirlo manteniendo un peso saludable y evitando ejercicios de mucha intensidad. «Los deportes de baja intensidad. como caminar o nadar, con más beneficiosos que los de alto impacto como correr o jugar al tenis, en aquellas personas con riesgo de osteoartritis», recomendó.
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