Los médicos rusos han reportado un caso insólito. Una mujer de 31 años de edad que sufre una de las enfermedades genéticas más raras del mundo: progeria o síndrome de Werner, ha conseguido concebir.
Se trata del envejecimiento prematuro de los adultos (entre 20 y 30 años). Se transmite con herencia autosómica recesiva ligada al cromosoma 8p. Afecta a uno de cada 7 millones de recién nacidos.
Con solamente 18 años de edad, la futura madre, Elena Melnikova, empezó a envejecerse drásticamente: su cara se arrugó, comenzó a sufrir de distonía muscular y calcificaciones subcutáneas.
La joven pensaba suicidarse, pero la cirugía plástica y el tratamiento con células madre le devolvieron la voluntad de seguir adelante.
Incluso ha conseguido concebir de forma natural a pesar del hipogonadismo, es decir, con ovarios no muy funcionales debido a su trastorno genético. No se sabe quién es padre (Melnikova no está casada y no tiene novio), pero a la futura madre esto no le importa, quiere ser feliz y ver a su propia hija.
Los médicos dicen que la niña será sana gracias al material biológico de su progenitor. Melnikova ya tiene 29 semanas de gestación y su embarazo marcha bien, informa el diario ‘Life News’.
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