WASHINGTON HEIGHTS.- Tras escuchar la palabra 'imposible' durante sus 20
años de vida, Randy Reyes -un joven dominicano que sufre de parálisis
cerebral- se graduó ayer con honores de una secundaria en el Alto
Manhattan.
Nació prematuro, y los médicos
dijeron que no sobreviviría, por lo que fue bautizado 'in artículo
mortis', cuenta su madre, María Reyes.
Cuando salió adelante, los doctores
aseguraron que, por su enfermedad, nunca iba a poder andar o caminar. Al
querer ir a la escuela, muchas no le aceptaron porque no le
consideraban capacitado. Cuando estudiaba, las múltiples
operaciones
quirúrgicas que ha sufrido por sus problemas de salud -21 en total, la
última hace sólo unas semanas, en su último día de escuela- le hicieron
pensar que nunca iba a acabar el colegio.
Randy hoy día camina, habla en dos
idiomas, es autosuficiente y se ha graduado en la secundaria de
Comunicación de Artes Gráficas entre los primeros de su clase. Ahora se
prepara para ir a la universidad para convertirse en maestro de
educación especial y poder decirles a estudiantes como él que nunca se
rindan.
"Si yo puedo, tú puedes, eso es lo
que diría a los que tienen dificultades y no se ven capaces de conseguir
cosas en la vida", dice Randy, durante una visita a su apartamento de
Washington Heights, donde vive con su madre, su sobrina y su hermano
mayor. "Sólo se necesita apoyo y algo de ayuda".
La ayuda y el apoyo le ha llegado siempre a Randy a través de su madre.
"Randy y yo hemos pasado 20 años
reeducando a directores de escuela, profesores y médicos que sólo nos
decían 'no'", dice María Reyes. "La realidad es que sólo una madre
conoce de verdad a su hijo. No hay que dar un paso atrás ni dejar de
tocar puertas hasta que te las abran. Me gustaría ponerme en contacto
ahora con la experta que me dijo cuando él tenía cuatro años que no iba a
hablar y que no se podía hacer nada".
Las barreras no han acabado para
Randy. Pese a haberse graduado con honores, hasta seis universidades le
han rechazado porque no estaban convencidos de las notas y datos que
aportaba.
"Es lo malo de este país, en el que
reducen las personas a cifras", se lamenta la madre. "Por otra parte,
creo que fuera de Estados Unidos, mi hijo nunca hubiese conseguido lo
que ha obtenido. Aquí están todas las armas y los servicios necesarios,
lo único que falta es entrenar y educar a los padres. Espero que el
ejemplo de mi hijo les alumbre".
Al final, el Borough Manhattan
Community College aceptó a Randy y ha puesto todos los medios a su
disposición para que pueda tener una gran experiencia universitaria, que
comenzará en septiembre.
Mientras tanto, el joven tiene un sueño: "Ahora que he demostrado a todos lo que puedo hacer, me gustaría conocer el mundo".
Fuente: EL DIARIO
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