Registró hasta la fecha en el actual año unos 500 temblores de tierra, 40 de ellos en julio, según datos del Instituto de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Las cifras precisan que enero pasado, con 70 sismos, tuvo la mayor cantidad de estos fenómenos, y tres superaron los cinco grados en la escala abierta de Ritcher.
El pasado 4 de julio, un movimiento telúrico de 4,2 grados ocurrió en la noreste provincia de Hato Mayor, y se sintió de manera leve en esta capital.
Tres días después, otro evento, de 5,1 grados, sobresaltó a pobladores de la suroccidental provincia de Barahona, con escaños daños a edificaciones.
A juicio del experto Juan Arias, Dominicana está localizada en una zona de alta sismicidad y se hace necesario que la población comience a crear una cultura y aprenda a vivir con los terremotos.
En ese sentido, resulta necesario, de acuerdo con el especialista, que las obras de diversa infraestructura se hagan a partir del estudio del suelo.
Recientemente, el director del mencionado instituto, Eugenio Polanco, afirmó que los dominicanos carecen de la suficiente preparación para enfrentar un movimiento telúrico de gran intensidad.
Instó al establecimiento de cátedras sobre prevención y mitigación de desastres en escuelas y universidades de la nación caribeña, pues, agregó, debemos evitar tragedias humanas ante un fenómeno de esta naturaleza.
Como integrante de la isla de La Española, que comparte con Haití, Dominicana está expuesta a varias fallas tectónicas.
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