Según detalló Sánchez, hasta el momento la compañía no ha recibido queja alguna directa de ningún particular u organización cubana de Miami que se oponga a estrechar las relaciones con Cuba.
"Lo único de lo que nos acabamos de enterar es de que esa congresista (Ros-Lehtinen) mandó una carta a la OFAC (Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro) quejándose de que se nos concediera el permiso para este servicio, pero a nosotros nunca nos enviaron copia", explicó el portavoz.
"Parece ahora -agregó- que quiere impedir que regresemos a Miami a la vuelta, porque al parecer hay una ley que dice que una embarcación que haya salido de EE.UU. a Cuba no puede volver antes de 180 días".
"Nosotros estamos muy tranquilos, porque en todo momento hemos dicho que nuestra intención era volver de inmediato y nadie nos ha dicho nada. Tenemos todos los permisos e incluso hemos ensayado con los guardacostas estadounidenses para entrar y salir de aguas de ambos países", apuntó Sánchez.
IPC, que tiene su sede en Miami, asegura que después de unos trámites que se han demorado "cerca de un año y medio" cuenta con las correspondientes licencias que exigen tanto el Departamento de Comercio de EE.UU. como la OPAC para realizar este tipo de envíos, según su portavoz.
El inicio de este servicio es muestra de cierta flexibilización en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, después de que en los últimos años se hayan suavizado restricciones en materia de remesas y viajes a la isla.
Según IPC, está previsto que el "Ana Cecilia" llegue al puerto de la capital cubana el jueves a las 7.00 hora local (11.00 GMT), tras 19 horas de viaje, y que este trayecto se repita en principio de forma semanal. EFE
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