Un fuerte sismo de magnitud 7,4 sacudió ayer el litoral Pacífico de Guatemala y dejó en escombros a poblados tropicales, al menos 39 muertos, decenas de heridos y desaparecidos.
El presidente de Guatemala Otto Pérez Molina informó en rueda de prensa que "lamentablemente" fue informado que la cifra de muertos aumentó en el departamento de San Marcos, situado a más de 140 kilómetros al norte del epicentro del sismo pero que fue el más afectado.
En el pueblo de San Marcos, capital del departamento, docenas de casas lucían en escombros y cuerpos de emergencia ayudaban a rescatar a personas que habían sido enterradas por derrumbes de edificios. Algunas calles se partieron en dos.
El país desplegó a 2.500 soldados para apoyar en labores de rescate en aquella región. Alfredo Longo, director del Hospital Nacional de San Marcos dijo a The Associated Press que había 150 personas heridas y que esperaban la llegada de docenas más.
"Nuestra emergencia no ha terminado", dijo Longo. "Nunca me imagine que la intensidad del temblor fuera esta". El vocero del departamento de bomberos de San Cristóbal Cochu en el departamento de San Marcos, Ovidio Pérez, informó a la estación de radio Emisoras Unidas que 10 miembros de una familia, incluyendo a un niño de 4 años, habían muerto al ser enterradas cuando su casa se derrumbó.
El epicentro del sismo se ubicó a 32 kilómetros (20 millas) de profundidad, mar adentro y a 24 kilómetros al sur del poblado de Champerico, de acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos. El lugar se encuentra a unos 160 kilómetros de la capital guatemalteca, en una región montañosa cerca de la frontera noroeste con México. Al momento en que ocurrió se remecieron edificios hasta la Ciudad de México y El Salvador.
Sobrevivientes han reportado derrumbes y personas atrapadas llamando a las estaciones de radios locales. En algunos poblados, era imposible establecer comunicación horas después del terremoto ya que había cortes de energía eléctrica, líneas telefónicas.
Pérez Molina dijo que transferirán a 92 prisioneros de San Marcos a un poblado cercano ya que el edifico había sufrido daños por el sismo, causando inconformidad entre los reos.
En San Marcos, una comunidad indígena 250 kilómetros al oeste de la capital, docenas de casas se convirtieron en escombros y algunas chozas en las montañas aledañas lucían con paredes derrumbadas.
Más de 300 entre policías, bomberos y residentes trabajaban juntos en una arenera para rescatar a siete personas que habían sido enterradas por los derrumbes. Entre ellos, había un niño de 6 años que acompañaba a su abuelo al trabajo cuando el terremoto sacudió el poblado de callejones y casas coloniales y partió en dos la calle donde caminaban.
"Quiero ver a Giovanni, quiero ver a Giovanni, el nene no está muerto. Sáquenlo ya", dijo Francisca Ramírez, madre de 42 años del niño que presuntamente está enterrado en los escombros. Ramírez dijo que el padre emigró a los Estados Unidos y le ha sido imposible localizarlo.
El terremoto es el más fuerte que se ha registrado desde que el 4 de febrero de 1976 un temblor de 7,5 dejó 23.000 muertos y muchos más miles de heridos al norte de la capital. El desastre natural aún es recordado por los residentes del país centroamericano como una de las más grandes tragedias de las últimas décadas.
"He estado en Guatemala por dos años y ya me he acostumbrado a los terremotos. Pero este estuvo muy grave, se sacudió mucho. Nunca había visto algo así", dijo un voluntario de los Cuerpos de Paz estadounidense, Adam Baker, quien observó y tomó foto de un derrumbe de un pequeño monte atrás de su residencia en el departamento de Quetzaltenango, también afectado por el sismo.
El departamento de bomberos local dijo que ocho personas resultaron heridas cuando se cayó una escuela en un pueblo cerca de San Marcos.
"La gente está angustiada y nadie puede estar tranquilo", dijo una mujer que se identificó como Doña Baglia a una estación de radio. Autoridades alertaron de posibles derrumbes en las carreteras en el occidente montañoso del país, una región donde habitan alrededor de 50.000 personas.
Alejandro Sinibaldi ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda de Guatemala dijo que las carreteras más dañadas están entre los departamentos de Quetzaltenango y San Marcos.
"Nos tomará más de 24 horas para restablecer comunicación", dijo Sinibaldi a una estación de radio. La cruz roja de El Salvador dijo a The Associated Press que el terremoto se sintió fuerte alrededor del país pero que no había aún reportes de daños serios o heridos.
Protección civil en el país dijo que autoridades evacúan algunas comunidades costeras solo como medida de precaución aunque no han anunciado alerta de tsunami.
En la Ciudad de México y en la capital del estado de Chiapas, en el sur de México, que hace frontera con Guatemala la gente entró en pánico y salió de los edificios. En la capital del estado sureño de Chiapas, colindante a Guatemala, la gente fue evacuada de edificios.
En el Salvador, el vocero de la Cruz Roja salvadoreña, Carlos López Mendoza informó a la AP que el sismo se sintió en todo el país "provocando alarma generalizada. En San Salvador la gente salió de los edificios, pero no tenemos reportes víctimas ni daños materiales".
Protección Civil activó de inmediato todas las comisiones departamentales, con especial énfasis en la zona costera, "ante posible replicas".
El servicio geológico informó inicialmente que la magnitud había sido de 7,5, pero luego disminuyó a 7,4.
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