Los índices de feminicidios en República Dominicana continúan en aumento. El número de mujeres muertas a manos de hombres es de 165 al año (actualmente más de cien en los primeros seis meses de 2012), mientras que la tasa promedio de mortalidad materna ronda 150, cada doce meses.
En el 2000, las víctimas en el país fueron 2,30 por cada cien mil; en 2001, de 2,49; en 2002, 3,20; en 2003, 3,78; en 2004, 4,16 y en 2005, ocurrieron 190 feminicidios, una tasa de 4,18, que bajó para el 2006 a 3,91, único año, junto al 2007, en que el número de feminicidios fue de 177 y 173, respectivamente. En el 2008, ascendieron a 204, 199 en 2009 y 210 en 2010.
El feminicidio es un problema complejo que peligrosamente se ha instaurado en todo el territorio nacional y en todos los círculos y clases sociales. Decir que un cónyuge violentó o dio muerte a sus compañeras: “por amor, celos o negativas de continuar una relación”, son simples justificaciones a las que no se le puede dar cabida.
Si se analizan las estadísticas, la mayoría de estos crímenes ocurren en las casas donde residían las parejas y sus hijos, los cuales en algunos casos, corren la misma suerte de su madre y quienes logran salir ilesos, tienen que cargar con el trauma el resto de sus vidas.
Mientras la mujer continúa superándose a nivel político y profesional, en una sociedad predominada por el machismo, obtiene mayores reconocimientos y derechos, irónicamente, junto a esos logros aumentan, también, los abusos intrafamiliares.
Para poner un fin definitivo a este mal que tanto luto ha llevado a las familias dominicanas, unas 60 organizaciones de la sociedad civil, con símbolos de luto, se concentraron recientemente frente al Congreso Nacional, en demanda de la aplicación de la ley contra los asesinos de mujeres y protección a las víctimas de agresiones.
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