Houston (EEUU) (EFE).- El entusiasmo que la pasada temporada generó el base Jeremy Lin entre los seguidores de los Knicks de Nueva York en sólo 35 partidos desapareció connla confirmación oficial de su marcha a los Rockets de Houston.
Nadie, a excepción de los directivos y del dueño de los Knicks, James Dolan, el mismo que permitió los fiascos millonarios de fichajes como Eddy Curry, Larry Brown e Isiah Thomas de entrenador y presidente, entre otras gestiones ruinosas para el equipo, entienden la salida de Lin.
Mientras los aficionados han expresado a través de las distintas redes sociales su frustración por la marcha de Lin, los medios de comunicación neoyorquinos han mostrado con hechos la poca visión de los directivos de los Knicks ante la decisión de dejar marchar al jugador que dio nueva vida al espectáculo del baloncesto en el Madison Square Garden y que han cambiado por Raymond Felton.
Pero lo más grave, de acuerdo a los columnistas de los distintos periódicos neoyorquinos, es que los Knicks cometieron error tras error con Lin y el primero fue el dejarlo que entrase en el mercado de los agentes libres cuando antes de que concluyese la temporada regular le podrían haber ofrecido un contrato por 24 millones de dólares y tres años.
Inclusive algunos van más lejos al decir que los 15 millones que incluye el contrato de los Rockets los podrían haber superado cuando llegase el tercer año al sacarlo de la nómina si su rendimiento no era el esperado y traspasarlo a otro equipo.
La realidad es que el fenómeno Lin, que hizo historia dentro de la NBA y a través de todo el mundo en sólo 35 partidos disputados con los Knicks, incluidos 25 de titular, con promedios de 14,6 puntos y 6,2 asistencias, no seguirá en Nueva York.
Lin, primer jugador estadounidense de origen taiwanés que llegó a la NBA, expresó de inmediato sus emociones nada más conocer la decisión de los Knicks.
"Estoy sumamente emocionado y honrado por volver a ser un Rocket", publicó Lin en su cuenta de Twitter. "Guardo mucho amor y agradecimiento a los Knicks y a Nueva York por su apoyo en el último año... que fue sin duda el mejor de mi vida".
A pesar de la educación y diplomacia utilizada por Lin en su Twitter, los que conocen su manera de crecerse ante los retos y metas a lograr consideran que el "rechazo" de los Knicks lo utilizará para sentir mayor motivación a la hora de progresar.
Lin, un licenciado en económicas por la Universidad de Harvard, tendrá a partir de ahora a los Rockets y Houston como el nuevo escenario para su desarrollo de jugador y posible futura estrella de la NBA.
El verdadero artífice de la vuelta de Lin a los Rockets, el gerente general Daryl Morey, que tuvo la valentía de admitir el "error" que cometió el pasado diciembre al darle de baja cuando pudo ficharlo por 1,8 millón de dólares, fue el que más celebró su nueva adquisición.
"Bienvenido a Houston, Lin. Esta vez prevemos conservarte. Te encantará la 'Nación Roja'", destacó Morey a través del Twitter, que está encantado con el fenómeno "Linsanity" ha llegada a Houston y lo que eso supondrá para los Rockets dentro del importante mercado chino y asiático que abrieron con la llegada del expívot Yao Ming y la "Yaomanía" que se generó mientras fue jugador activo.
Morey insiste que Lin es uno de los mejores jugadores jóvenes que todavía no tiene el crédito que se merece dentro del mundo de la NBA, a pesar de lo que hizo en Nueva York con los Knicks.
"A pesar de todo lo que hizo en Nueva York, su proyección dentro de la NBA está por debajo de lo que se merece", declaró Morey cuando valoró el talento de Lin. "Algunos siguen pensando que lo que hizo con los Knicks fue algo del momento y que no va a continuar a ese nivel".
Morey es el primero en aceptar que mantener el nivel de producción que consiguió Lin en los primeros meses de competición con los Knicks es algo que no se puede mantener, pero de lo que no tiene ninguna duda es que su futuro dentro de la liga será "brillante".
"Estamos entusiasmados con la adquisición de Lin para los Rockets y pensamos que es uno de los mejores jugadores jóvenes que hay actualmente en la NBA", subrayó Morey, que fue el que convenció al dueño del equipo de Houston, Les Alexander, de invertir nada menos que 25,1 millones de dólares por un jugador que hasta el pasado febrero era un completo desconocido y al que ellos mismos habían rechazado dos meses antes.EFE
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