NUEVA YORK._ Agentes federales del FBI arrestaron al policía latino residente en Queens, Gilberto Valle a quien acusaron ayer jueves de querer secuestrar, matar, cocinar y comerse a 100 mujeres que había puesto en una lista en un caso de supuesto canibalismo extremo que está conmocionando la ciudad. El policía de 28 años que vive en el sector Forest Hills y asignado al cuartel 26, escribió los nombres de 100 mujeres y en un allanamiento a su residencia los federales encontraron en la cocina lo que dijeron era un escenario propicio y acondicionado para cometer actos brutales de canibalismo.
Las autoridades dijeron que tras recibir confidencias y denuncias tanto de la esposa y familiares del oficial decidieron adelantarse, arrestándolo para evitar los salvajes crímenes.
Valle, añade la acusación, recopiló la lista con los nombres y las generales de las 100 mujeres que conocía personalmente. "Si no hubiera sido detenido, hubiese llevado a cabo su plan", dijo la Fiscal Federal Adjunto del Distrito Sur, Hadasa Waxman ante un juez al ser presentado el oficial ayer jueves para ser instruido de los cargos.
Valle tiene seis años en la policía de Nueva York y utilizó bases de datos federales y policiales para acumular más informaciones de las mujeres, añadieron los fiscales.
La investigación de tres meses, estuvo encabezada por el FBI cuyos especialistas calificaron la trama de horrorosa. Interrogaron a 10 de las 100 mujeres en la lista de posibles víctimas del oficial latino.
"Estas acusaciones son profundamente preocupantes, las más peligrosas y depravadas que uno se pueda imaginar y una conducta muy grave, incalificable", le dijo el magistrado Henry Pittman al oficial.
Si es encontrado culpable enfrentaría cadena perpetua y una multa máxima de $250.000 dólares, pero su abogada dijo que él no le ha hecho daño a nadie y que la actuación del FBI fue precipitada.
Valle fue detenido sin fianza.
Los investigadores descubrieron correos electrónicos en los que el policía discutía sus planes de secuestros, violaciones sexuales, torturas, asesinatos, cocinar y comerse los restos de las mujeres.
Conversaciones consideradas escalofriantes fueron también descubiertas por los investigadores. Un agente encubierto fue infiltrado para que hiciera contacto con el acusado haciéndose pasar por otro caníbal.
"Me encanta cuando ella está dormida, se ve deliciosa, ¿verdad?", le habría dicho Valle al informante en un chat el 9 de julio.
"¿Cuán grande es tu horno?", le preguntó el informante a Valle.
"Lo suficiente grande como para que quepa una de estas mujeres si doblo sus piernas", le respondió el policía. "Estaba pensando atar su cuerpo en una especie de aparato, cocerla a fuego lento y mantenerla con vida el mayor tiempo posible", añadía el policía en la conversación.
"Los comentarios de mi cliente fueron palabras vanas y pura fantasía, una cosa es hacerlo en la realidad y otra es hablar", dijo la abogada July Gatto que representa a Valle en el caso.
El juez le respondió a la jurista que el policía llevaba una pistola de reglamento y estaba supuesto a distinguir entre el mal y el bien.
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