(PL) Un jurado federal de Estados Unidos presentó hoy 30 cargos contra Dzhokhar Tsarnaev, presunto coautor de las explosiones de dos bombas durante el maratón deportivo de Boston, en el noroeste del país.
Al joven, de 19 años de edad y origen checheno, se le acusa de usar un arma de destrucción masiva, activar un artefacto explosivo en un espacio público y de la muerte de tres civiles y un policía, entre otras imputaciones.
Ahora deberá comparecer ante los tribunales el próximo 10 de julio y, según el Departamento de Justicia, por todos los cargos podría ser condenado a cadena perpetua o la pena de muerte.
Dzhokhar y su hermano Tamerlan son señalados como los culpables de las detonaciones con bombas improvisadas durante el evento deportivo de pasado 15 de abril en Boston, donde también hubo un saldo de 280 heridos.
Tamerlan (de 26 años) murió y Dzhokhar fue detenido cuatro días después de los sucesos, en medio de una espectacular operación de caza y captura que puso a Boston y sus alrededores en un virtual estado de sitio.
Las autoridades federales se empeñan en vincularlos con agrupaciones islámicas o gobiernos extranjeros, pero el menor de los jóvenes niega esas afirmaciones.
Dzhokhar permaneció hospitalizado desde su arresto hasta el pasado 26 de abril por las heridas de bala que recibió durante la persecución policial.
Sin embargo, compareció ante un juez y fue interrogado por investigadores federales en esas mismas condiciones.
Según la prensa estadounidense, el joven dijo que él y su hermano buscaron información en Internet para preparar las dos bombas y que las guerras desatadas por Washington contra Irak y Afganistán fueron sus motivaciones.
Ambos explosivos, fabricados con ollas a presión, contenían clavos y trozos de metal, lo cual provocó a las víctimas heridas de mucha gravedad en miembros inferiores y varios lesionados perdieron una o sus dos piernas de manera inmediata.
La Casa Blanca anunció que no sería enjuiciado como combatiente enemigo en un tribunal militar sino en el sistema judicial federal, por ser ciudadano naturalizado estadounidense y -a tenor con la ley del país- los civiles no pueden ser procesados en instancias castrenses.
Pero los padres de los dos jóvenes consideran que todo lo ocurrido con sus hijos fue un montaje, mientras investigaciones independientes de organizaciones canadienses y grupos de Internet dicen que en los ataques participaron empresas privadas de seguridad.
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