En Estados Unidos crecen hoy las preocupaciones por un posible ataque de Israel contra las instalaciones atómicas iraníes para frenar el desarrollo de su programa nuclear con fines pacíficos.
El presidente Barack Obama, el secretario de Defensa, Leon Panetta, y otros altos funcionarios entregaron mensajes de advertencia a los líderes israelíes sobre las nefastas consecuencias que podría acarrear una acción de ese tipo.
Washington aconsejó a Tel Aviv dar más tiempo para constatar los efectos que pueden generar sanciones y otras medidas que pretenden obligar a que Teherán abandone sus proyectos.
Sin embargo, la Casa Blanca acelera los planes de contingencia para salvaguardar las instalaciones y personal estadounidense en la región en caso de desatarse un conflicto, alertó el diario The Wall Street Journal.
El jueves último, Obama habló por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a fin de presionar a Tel Aviv para que se abstenga por el momento de recurrir a la fuerza en el contencioso con el gobierno de Teherán.
Por su parte, el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, viajará a la capital israelí la semana próxima para reunirse con funcionarios del ejército de ese país y discutir sobre el tema, reportó el rotativo.
La víspera, el diario estadounidense The New York Times advirtió que un ataque militar contra las instalaciones nucleares iraníes sería un desastre al comentar la evolución de la crisis de Occidente con la nación persa.
Washington, la Unión Europea (UE) e Israel aumentan sus presiones con el objetivo de frustrar los planes de la nación persa, destinados a producir energía eléctrica e impulsar aplicaciones médicas a partir de la utilización de material nuclear.
Mientras el presidente Obama aprobó una ley que permite multar a empresas que realicen contrataciones con el Banco Central iraní, la UE amenazó con sancionar las exportaciones petroleras de esa nación.
Teherán aseguró que de hacerse efectiva la medida, bloqueará el estrecho de Ormuz, vía por donde circula un tercio del comercio de petróleo mundial, algo que "no toleraremos", aseveró el jefe del Pentágono.
Estas acciones ocurren en momentos en que Estados Unidos refuerza su presencia militar en la zona mediante el despliegue de unos 15 mil soldados en Kuwait, al tiempo que otro de sus portaaviones se dirige a la región del Golfo Pérsico, apuntan medios de prensa.
Altos funcionarios estadounidenses, entre ellos el propio Panetta, afirman que Washington está dispuesto a usar la fuerza contra Irán para evitar que prosiga adelante con sus planes.
Estados Unidos e Israel intensificaron en diciembre los contactos sobre el programa nuclear iraní y sopesan la posibilidad de un ataque preventivo contra las instalaciones atómicas de ese país, destacó recientemente el blog estadounidense The Daily Beast, perteneciente a la revista Newsweek.
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