La muerte de Ribberink ocurrida a principio de semana , que fue víctima de un constante acoso en internet, se suma al de Amanda Todd, una canadiense de 15 años que se quitó la vida el 16 de octubre pasado después de ser asediada por un hombre a través de las redes sociales.
El holandés dejó una carta a sus padres en la que los pone al tanto de su problema. “Durante toda mi vida me han acosado, se han burlado de mí y me han aislado”, dice en uno de los apartes. Después de su muerte, se conoció que en internet circulaban una serie de insultos en su contra.
En nuestro país, la Asociación Colombiana de Psiquiatría ya identificó este problema como el equivalente del conocido matoneo escolar en las redes sociales. Según los expertos, la inundación de la tecnología y la escasa supervisión de los padres han hecho que las amenazas, las intimidaciones, las fotografías embarazosas y las acciones tendientes al desprestigio aumentaran en los últimos años.
Y pese a que las autoridades ya están al tanto del problema, aún siguen presentándose casos que ponen en evidencia que al interior de las escuelas aún no hay un control eficaz. Tal como lo dijo hace unos meses la ministra de educación, María Fernanda Campo, este tema “está desbordando el ámbito del sector educativo”.
Por eso, en las pruebas Saber que se llevaron a cabo el 25 de octubre en los grados tercero, quinto y noveno, el Icfes incluyó entre los aspectos evaluados, puntos relacionados con el bullying o matoneo. La idea era saber cuáles son las actitudes y percepciones de los estudiantes frente a la convivencia escolar.
De acuerdo a un estudio de estas pruebas elaborado por la Universidad de los Andes, se encontró que, entre 55.000 estudiantes de 589 municipios, el 29% de los alumnos de quinto y el 15% de los de noveno habían sufrido un tipo de agresión física o verbal por parte de algún compañero. Mientras el Ministerio de Defensa insiste, con su proyecto de actualización del Código de Policía, en que el matoneo debe multarse hasta con $8’000.000, los expertos en salud mental insisten en que el problema no es de dinero, sino de educación.
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