Es poco probable que haya que lamer sapos para beneficiarse de sus secreciones, como lo hizo Homero Simpson alguna vez en la popular serie animada de televisión.
Pero de resultar exitosa para seres humanos una investigación que actualmente llevan a cabo científicos argentinos, estos anfibios podrían ser claves para evitar enfermedades.
Este proyecto del Centro Nacional Patagónico -en conjunto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)- intenta determinar si en las secreciones de los anfibios (principalmente sapos y ranas) hay antibióticos que sirvan como base para la preparación de medicamentos que ataquen a los virus, bacterias u hongos que comúnmente afectan a los seres humanos.
Mariela Marani, investigadora del Conicet y directora de este proyecto, le explicó a BBC Mundo: “Trabajamos en el aislamiento y la identificación de unos compuestos llamados péptidos antimicrobianos que están en las pieles de los anfibios”.
“Estos péptidos tienen la capacidad de inhibir o matar ciertos microorganismos. A nosotros nos interesa identificar aquellos que inhiban a los que afectan a los humanos”, agregó.
Los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos que pueden ser encontrados en toda la naturaleza, bien sea en animales o en vegetales.
Pero en el caso de los anfibios surgen como una línea de defensa ante los microorganismos externos. Es decir, no es que los sapos o las ranas no se enfermen por ello, pero los péptidos actúan como mecanismo de prevención como lo hace, por ejemplo, la saliva humana.
Y ahora es la primera vez que se realiza este estudio en anfibios de la región patagónica, considerada una de las que tiene mayor biodiversidad en el planeta.
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