Río de Janeiro, Brasil - En un rincón venido a menos de la vieja zona portuaria de Río de Janeiro, arqueólogos excavan fragmentos de una historia que los brasileños preferirían olvidar.
Se calcula que hasta un millón de hombres y mujeres forzados a trabajar como esclavos en Africa pasaron por el muelle de Valongo, alguna vez el puerto de esclavos más activo del mundo. Hoy, en que Brasil crece a paso acelerado y gana presencia mundial, algunos académicos esperan que los collares, pulseras y estatuillas que surgen de la tierra sirvan para generar interés en la historia de esclavitud entre los brasileños.
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