El exoplaneta GJ 667Cc, conocido de forma popular como laSuperTierra por sus grandes dimensiones, orbita en torno a una estrella mucho más pequeña que el Sol. Sin embargo, debido a su cercanía respecto a este astro, el planeta recibe suficiente calor como para que exista agua líquida en su superficie, imprescindible para el desarrollo de vida.
El astrofísico español Guillem Anglada-Escudé fue el encargado de descubrir esta SuperTierra cuando trabajaba con una beca en el Carnegie Institute de Estados Unidos. El hallazgo fue posible gracias al desarrollo de un programa informático capaz de recrear las condiciones de un cuerpo espacial y la influencia que tiene el calor de estrellas cercanas.
La SuperTierra orbita en torno a su estrella cada 28,15 días, lo que supone que cada año en el planeta tiene ese mismo tiempo de duración, y su distancia respecto a nuestro planeta es de 22 años luz. En ese sistema se encuentran tres estrellas, una de ellas una enana roja denominada GJ 667C y dos enanas naranjas bautizadas como GJ 667A y GJ 667B.
Estas estrellas poseían tan sólo un 25% del metal que posee el Sol, un requisito que se creía fundamental para el desarrollo de planetas con condiciones similares a la Tierra y que ahora acaba con muchas de las teorías existentes. El descubrimiento abre nuevas posibilidades de investigación en otros sistemas que hasta ahora habían quedado descartados por no cumplir con este requisito.
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