La advertencia está emitida: hay materiales muy utilizados en cosméticos que pueden provocar cáncer.
Uno de ellos está especialmente relacionado con la belleza cotidiana: es el formaldehído (formol) que se encuentra, entre otras cosas, en los alisadores de cabello y los esmaltes e uñas.
El formaldehído es un compuesto orgánico volátil que, con facilidad, se convierte en gas o vapor.
La exposición a altas concentraciones de este elemento puede provocar dificultades respiratorias graves e incluso la muerte.
La exposición continua genera, por su parte, reacciones alérgicas en la piel y reacciones similares al asma. Finalmente, la exposición a bajas concentraciones puede irritar y quemar los ojos, la nariz, la garganta y la piel.
Los diferentes alisados
“Existen varios tipos de alisamiento del cabello, lo más importante a tener en cuenta es, ni más ni menos, que el estado de la fibra capilar mejore luego de realizarlos”, explica Lucas Menéndez, manager del Wella Studio.
Cuando se realiza un alisado lo que se está modificando son los puentes de azufre que se encuentran dentro de las microfibrillas y son los encargados de dar la forma natural al cabello.
Por eso, lo que se genera es una especie de “cirugía estética” en el cabello para darle forma y apariencia lacia.
“Antes de decidir qué alisado se realizará, debemos hacer una prueba para conocer la calidad del cabello y el tiempo de pose. Después se debe considerar si es cabello natural, con coloración o con coloración y mechas. Finalmente, se elige el producto adecuado al caso”, le cuenta a Entremujeres el estilista Ricky Lacco.
¿Lacio perfecto, lacio peligroso?
En la Argentina, los alisadores con formaldehído están prohibidos. Sin embargo, hay una realidad: existen peluqueros que los utilizan. Normalmente, prestan sus servicios a domicilio, realizan los trabajos en terrazas, balcones o jardines y usan barbijos para protegerse de fuerte vapor que genera el formol.
“Ninguna marca profesional líder tiene alisadores con formaldehído y, obviamente, dan resultados excelentes. El secreto es usar buenos productos para el cabello y fomentar el cuidado con calor, o sea, secarlo después de cada lavado. Esto ayuda a relajarlo, estimula el producto de alisado y da brillo y más durabilidad”, especifica Lacco. Increíble pero real, el estilista nos cuenta que “es muy difícil competir con el formol. A pesar de todo lo perjudicial que es Y sabiendo todas las complicaciones que trae las clientas lo piden”.
Rompiendo mitos
“Existen elementos para alisar el cabello sin formol que dan resultados buenísimos sin dañar la salud ni el cabello”, dice Andrea Toscani, gerente de producto de Plumari.
Y, a la hora de la verdad, Menéndez se suma: “Debemos tener en cuenta que el alisado con formol no deja más lacio el cabello que otros tipos de alisado. Lo que hace es cornificar la fibra capilar, por tal motivo se aplica en cabellos dañados. Pero, más allá de todo lo adverso que produce el formol sobre el cuero cabelludo y las células respiratorias, el pelo queda sin brillo, suavidad y sedosidad.”
“Las consumidoras piden cada vez menos el alisado con formol en el salón y, obviamente, los estilistas más importantes del país no los trabajan en sus peluquerías, ya que como todos sabemos no está aprobado por ANMAT y se corren serios riesgos al utilizarlos. Además, tampoco logran un 100% de eficacia y durabilidad en los resultados”, explica Menéndez. El profesional relata, también, que trabaja “con la formula Wellastrate, que ofrece un concepto innovador y exclusivo con resultados naturales, duraderos y que deja el cabello saludable e hidratado”.
Estás avisada, belleza y salud van de la mano. Si sos de las que adoran tener un pelo súper lacio y prolijo, elegí la mejor opción: andá a un salón responsable y optá por un producto libre de formol.
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