John Travolta fue fotografiado hace algunos meses dándole un beso en la boca a un hombre en la pista de un aeropuerto. Como se sabe el actor es un piloto de mucha experiencia y ese día, al parecer, llegaba de uno de sus frecuentes viajes en su jet privado y fue recibido por el misterioso personaje.
En época más reciente ha sido demandado también por un masajista de un hotel el cual lo acusa de haberse propasado con él mientras le daba un masaje.
Estos incidentes y otros muchos a través de su vida personal es lo que ha llevado a muchos a concluir que el actor es homosexual pero prefiere mantenerlo en secreto.
Ahora la actriz Rashida Jones se ha sumado al coro de voces de personas relacionadas a la industria del entretenimiento que le piden al actor que salga del clóset de una vez y por todas según publicado en Radar Online.
Sin embargo, debemos preguntarnos; ¿qué derecho tiene nadie para interferir en la vida privada de John Travolta para pedirle que admita algo tan íntimo y privado? ¿Qué le importa a esta actriz o a cualquier persona que no sea su esposa cuál es su verdadera orientación sexual?
Por otra parte, el valor de una persona, tanto desde el punto de vista personal y , en este caso, profesional, no debe medirse a partir de si decide o no admitir su orientación sexual. Si el actor decide admitir su orientación sexual debe hacerlo por su propia iniciativa y no bajo presión de nadie.
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