18 noviembre 2012

Pese a los esfuerzos internacionales por alcanzar una tregua entre israelíes y palestinos, el Ejército israelí ha continuado sus ataques aéreos sobre la Franja de Gaza. Este domingo se ha convertido en la jornada más sangrienta desde el inicio de la operación 'Pilar defensivo': en diferentes ataques han muerto 20 personas, en su mayoría, mujeres y niños. Tan sólo en un bombardeo en el barrio de Nasser, 10 palestinos (entre ellos ocho miembros de la misma fallia, apellidada Al Dalou) han perdido la vida tras un ataque de la Fuerza Aérea israelí que ha destruido un edificio de tres plantas. De las 10 víctimas, tres son mujeres y cuatro niños. El cabeza de familia era un funcionario del Ministerio del Interior del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, encargado de la protección de personalidades. Los otros dos fallecidos eran vecinos del inmueble. En otras dos incursiones aéreas por la tarde han fallecido un hombre en el barrio de Chejaïya y otros dos en Jabalia. Por la mañana, seis palestinos que vivían en el campo de refugiados de Chati también han perdido la vida. De esas seis víctimas, cuatro eran niños (entre ellos, un bebé de 18 meses), según informa France Presse. Edificio destruido Con este último ataque en Nasser y otro esta tarde en el que murió un cabecilla de Hamas, Ihya Abia, la cifra de muertos desde el pasado miércoles supera los 60, mientras los heridos llegan a 500. La mitad de los muertos son niños, mujeres y ancianos y el 70% de los heridos son civiles. El brazo armado de Hamas ha prometido venganza por los muertos de la familia Al Dalou del barrio de Nasser. A lo largo de esta madrugada, la Fuerza Aérea israelí ha realizado 50 ataques en la Franja de Gaza apuntando por primera vez contra medios de comunicación relacionados con el grupo islamista Hamas -impacto en un edificio donde trabajan numerosos medios de información-y los grupos armados palestinos han disparado esta mañana decenas de misiles contra varias ciudades de Israel -incluyendo otra vez la céntrica Tel Aviv-. El Ejército israelí ha anunciado, igualmente, que la batería antimisiles instalada en Tel Aviv ha logrado interceptar este domingo dos cohetes lanzados desde Gaza. Negociaciones Tras los últimos ataques sobre objetivos civiles, Hamas -en el poder en Gaza- ha anunciado que las negociaciones para lograr una tregua con Israel han fracasado. Y ello pese a que los contactos para un alto el fuego se han multiplicado en las últimas horas. La llegada a Jerusalén del ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, la mediación de los servicios de Inteligencia de Egipto y la intervención en un segundo pero activo plano de Estados Unidos y Turquía buscan declarar la tregua antes de que se pueda iniciar una operación terrestre. Ataques y diálogo. No es una contradicción. El pasado indica que cada vez que Israel y las milicias palestinas -o en el caso de la guerra de 2006 entre Israel y el grupo chii Hizbulá- se acercan a una tregua, el fuego se intensifica. Buscan lo que se llama "la imagen de la victoria". Más allá de un triunfo militar o diplomático, se persigue inculcar a los tuyos y sobre todo al enemigo la sensación de que has ganado y que no conviene "meter contigo". En palabras más académicas, capacidad de disuasión. De ahí que detrás de las bombas de Israel y los misiles Fajer 5 de Hamas y las amenazas mutuas se esconde la voluntad de una tregua. Más que voluntad, necesidad. Se negocia ahora condiciones para el alto el fuego con elementos como el paso fronterizo egipcio de Rafah, actividad militar israelí en la frontera, etcétera. Hamas Pese a las numerosas bajas de su brazo armado y, sobre todo, la muerte de su todopoderoso jefe, Ahmed Jabari, Hamas aceptaría una tregua con la condición de que Israel garantice el fin de los ataques. Así lo ha dicho el primer ministro de Hamas, Ismail Haniya, en una conversación de 20 minutos con el presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi. Éste dijo anoche que "hay indicios de que existe una posibilidad de alto el fuego pronto" aunque reconoció que aún falta. Más allá de que intenta evitar que Israel lance su operación terrestre, Hamas no puede negarse a la presión de su 'hermanos' Mursi y Erdogan. Ni de los gacenses que viven cinco días de pesadilla e incertidumbre tras centenares de ataques que aumentan mientras se eleva también el número de muertos civiles. Al margen de anuncios propagandísticos como el derribo de un caza de combate o el misil contra el Parlamento de Jerusalén, Hamas se siente victorioso: pese a la masiva presión aérea, ha conseguido disparar más 900 misiles y proyectiles en cinco días de ofensiva provocando incluso el pánico entre los habitantes del símbolo de Israel, Tel Aviv. Ha hecho algo que ni su "modelo a imitar", el poderoso grupo proiraní Hizbulá, ha logrado. Hamas negocia para conseguir garantías egipcias y mejoras como la apertura permanente del paso fronterizo de Rafah. Israel "Estoy dispuesto a una tregua si es duradera. Pero si Hamas no cesa sus ataques, ordenaré una incursión en Gaza", ha dicho el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al presidente de EEUU, Barack Obama. Al inicio de la reunión del Gobierno, Netanyahu ha afirmado que el Ejército "ha atacado más de 1.000 objetivos terroristas y ha provocado un gran daño a las armas que se disparan contra los civiles de Israel". "Hamas está pagando un precio muy alto y el Tsahal está preparado para una ampliación significativa de la operación". Israel se encuentra ahora en el momento clave. Debe decidir: pactar el fin de la ofensiva o iniciar la segunda fase con la entrada de tropas en la densamente poblada Franja de Gaza. La autorización de movilizar hasta 75.000 reservistas (no quiere decir que los haya movilizado) invita a pensar que podría ordenar la opción terrestre. Aunque no es un farol y este periodista ha podido ver el fin de semana preparativos y contingentes en los alrededores de la Franja, Netanyahu desea evitarlo. Primero, porque en la búsqueda casa por casa de milicianos, armas y lanzaderas podría haber bajas entre los soldados y aumentaría el número de muertos civiles en Gaza. Segundo, estamos a dos meses de las elecciones. Netanyahu es el gran favorito para volver a ser primer ministro. Lo fue antes de 'Pilar Defensivo' y lo será después. Pero una invasión terrestre podría romper el consenso en Israel sobre una operación aérea que desde el principio tiene el apoyo mayoritario de la población. ¿Una tregua? Los misiles que han impactado esta mañana en una casa de Ashdod, provocando un herido, y sobre todo, en Tel Aviv no ayudan a tomar una decisión pero sí dan más urgencia. Netanyahu busca una tregua duradera y completa para los habitantes del sur del país. Si no, sería muy criticado en la opinión pública. El analista israelí Yoav Limor explica la ofensiva y el día después: "Desde hace meses, el Ejército pedía al Gobierno una respuesta contundente a los ataques cada vez más frecuentes de los terroristas desde Gaza. Más de un millón de personas vivía bajo los misiles de Hamas y grupos salafistas. El sábado, dispararon contra un jeep nuestro hiriendo de gravedad a un soldado. Israel decidió cambiar las reglas y devolver la disuasión ante Hamas, pero aplazó la ofensiva debido a la lluvia (que perjudica a la Fuerza Aérea) y la espera de la oportunidad (Jabari)". Si de algo presume Israel hoy es de haber acabado con gran parte de los misiles de largo alcance en Gaza y de cara a futuros duelos con Hizbulá e Irán el éxito de la batería antimisiles Cúpula de Hierro, que presenta un porcentaje de éxito cercano al 90%.


Ataques18
Pese a los esfuerzos internacionales por alcanzar una tregua entre israelíes y palestinos, el Ejército israelí ha continuado sus ataques aéreos sobre la Franja de Gaza. Este domingo se ha convertido en la jornada más sangrienta desde el inicio de la operación 'Pilar defensivo': en diferentes ataques han muerto 20 personas, en su mayoría, mujeres y niños.

Tan sólo en un bombardeo en el barrio de Nasser, 10 palestinos (entre ellos ocho miembros de la misma fallia, apellidada Al Dalou) han perdido la vida tras un ataque de la Fuerza Aérea israelí que ha destruido un edificio de tres plantas. De las 10 víctimas, tres son mujeres y cuatro niños. El cabeza de familia era un funcionario del Ministerio del Interior del Gobierno de Gaza, en manos de Hamas, encargado de la protección de personalidades. Los otros dos fallecidos eran vecinos del inmueble.
En otras dos incursiones aéreas por la tarde han fallecido un hombre en el barrio de Chejaïya y otros dos en Jabalia. Por la mañana, seis palestinos que vivían en el campo de refugiados de Chati también han perdido la vida. De esas seis víctimas, cuatro eran niños (entre ellos, un bebé de 18 meses), según informa France Presse.
Edificio destruido
Con este último ataque en Nasser y otro esta tarde en el que murió un cabecilla de Hamas, Ihya Abia, la cifra de muertos desde el pasado miércoles supera los 60, mientras los heridos llegan a 500. La mitad de los muertos son niños, mujeres y ancianos y el 70% de los heridos son civiles. El brazo armado de Hamas ha prometido venganza por los muertos de la familia Al Dalou del barrio de Nasser.
A lo largo de esta madrugada, la Fuerza Aérea israelí ha realizado 50 ataques en la Franja de Gaza apuntando por primera vez contra medios de comunicación relacionados con el grupo islamista Hamas -impacto en un edificio donde trabajan numerosos medios de información-y los grupos armados palestinos han disparado esta mañana decenas de misiles contra varias ciudades de Israel -incluyendo otra vez la céntrica Tel Aviv-.
El Ejército israelí ha anunciado, igualmente, que la batería antimisiles instalada en Tel Aviv ha logrado interceptar este domingo dos cohetes lanzados desde Gaza.
Negociaciones
Tras los últimos ataques sobre objetivos civiles, Hamas -en el poder en Gaza- ha anunciado que las negociaciones para lograr una tregua con Israel han fracasado. Y ello pese a que los contactos para un alto el fuego se han multiplicado en las últimas horas. La llegada a Jerusalén del ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, la mediación de los servicios de Inteligencia de Egipto y la intervención en un segundo pero activo plano de Estados Unidos y Turquía buscan declarar la tregua antes de que se pueda iniciar una operación terrestre.
Ataques y diálogo. No es una contradicción. El pasado indica que cada vez que Israel y las milicias palestinas -o en el caso de la guerra de 2006 entre Israel y el grupo chii Hizbulá- se acercan a una tregua, el fuego se intensifica. Buscan lo que se llama "la imagen de la victoria". Más allá de un triunfo militar o diplomático, se persigue inculcar a los tuyos y sobre todo al enemigo la sensación de que has ganado y que no conviene "meter contigo". En palabras más académicas, capacidad de disuasión.
De ahí que detrás de las bombas de Israel y los misiles Fajer 5 de Hamas y las amenazas mutuas se esconde la voluntad de una tregua. Más que voluntad, necesidad. Se negocia ahora condiciones para el alto el fuego con elementos como el paso fronterizo egipcio de Rafah, actividad militar israelí en la frontera, etcétera.
Hamas
Pese a las numerosas bajas de su brazo armado y, sobre todo, la muerte de su todopoderoso jefe, Ahmed Jabari, Hamas aceptaría una tregua con la condición de que Israel garantice el fin de los ataques. Así lo ha dicho el primer ministro de Hamas, Ismail Haniya, en una conversación de 20 minutos con el presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi. Éste dijo anoche que "hay indicios de que existe una posibilidad de alto el fuego pronto" aunque reconoció que aún falta.
Más allá de que intenta evitar que Israel lance su operación terrestre, Hamas no puede negarse a la presión de su 'hermanos' Mursi y Erdogan. Ni de los gacenses que viven cinco días de pesadilla e incertidumbre tras centenares de ataques que aumentan mientras se eleva también el número de muertos civiles.
Al margen de anuncios propagandísticos como el derribo de un caza de combate o el misil contra el Parlamento de Jerusalén, Hamas se siente victorioso: pese a la masiva presión aérea, ha conseguido disparar más 900 misiles y proyectiles en cinco días de ofensiva provocando incluso el pánico entre los habitantes del símbolo de Israel, Tel Aviv. Ha hecho algo que ni su "modelo a imitar", el poderoso grupo proiraní Hizbulá, ha logrado.
Hamas negocia para conseguir  garantías egipcias y mejoras como la apertura permanente del paso fronterizo de Rafah.
Israel
  "Estoy dispuesto a una tregua si es duradera. Pero si Hamas no cesa sus ataques, ordenaré una incursión en Gaza", ha dicho el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al presidente de EEUU, Barack Obama.
Al inicio de la reunión del Gobierno, Netanyahu ha afirmado que el Ejército "ha atacado más de 1.000 objetivos terroristas y ha provocado un gran daño a las armas que se disparan contra los civiles de Israel". "Hamas está pagando un precio muy alto y el Tsahal está preparado para una ampliación significativa de la operación".
Israel se encuentra ahora en el momento clave. Debe decidir: pactar el fin de la ofensiva o iniciar la segunda fase con la entrada de tropas en la densamente poblada Franja de Gaza.
La autorización de movilizar hasta 75.000 reservistas (no quiere decir que los haya movilizado) invita a pensar que podría ordenar la opción terrestre. Aunque no es un farol y este periodista ha podido ver el fin de semana preparativos y contingentes en los alrededores de la Franja, Netanyahu desea evitarlo. 
Primero, porque en la búsqueda casa por casa de milicianos, armas y lanzaderas podría haber bajas entre los soldados y aumentaría el número de muertos civiles en Gaza. Segundo, estamos a dos meses de las elecciones. Netanyahu es el gran favorito para volver a ser primer ministro. Lo fue antes de 'Pilar Defensivo' y lo será después. Pero una invasión terrestre podría romper el consenso en Israel sobre una operación aérea que desde el principio tiene el apoyo mayoritario de la población.
¿Una tregua?
Los misiles que han impactado esta mañana en una casa de Ashdod, provocando un herido, y sobre todo, en Tel Aviv no ayudan a tomar una decisión pero sí dan más urgencia. Netanyahu busca una tregua duradera y completa para los habitantes del sur del país. Si no, sería muy criticado en la opinión pública.
El analista israelí Yoav Limor explica la ofensiva y el día después: "Desde hace meses, el Ejército pedía al Gobierno una respuesta contundente a los ataques cada vez más frecuentes de los terroristas desde Gaza. Más de un millón de personas vivía bajo los misiles de Hamas y grupos salafistas. El sábado, dispararon contra un jeep nuestro hiriendo de gravedad a un soldado. Israel decidió cambiar las reglas y devolver la disuasión ante Hamas, pero aplazó la ofensiva debido a la lluvia (que perjudica a la Fuerza Aérea) y la espera de la oportunidad (Jabari)".
Si de algo  presume Israel hoy es de haber acabado con gran parte de los misiles de largo alcance en Gaza y de cara a futuros duelos con Hizbulá e Irán el éxito de la batería antimisiles Cúpula de Hierro, que presenta un porcentaje de éxito cercano al 90%.

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