06 junio 2013

Sacan con vida una mujer del edificio que se derrumbó en Filadelfia


Varias personas quedaron atrapadas en el edificio que se desplomó en Filadelfia.FILADELFIA (AP) — Cuadrillas de rescate que peinaban los escombros de un edificio colapsado y los remanentes de una tienda del Ejército de Salvación que fue dañada por el derrumbe sacaron a una mujer de los escombros el miércoles por la noche, un destello de esperanza después de que las autoridades dijeron que al menos seis personas murieron y otras 13 resultaron heridos.

El subdirector de bomberos, Robert Coyne dijo el jueves que Myra Plekam, de 61 años, estaba alerta y habló con los socorristas cuando la sacaron, antes de que fuera trasladada en ambulancia y llevada a un hospital cercano. En total, hubo 14 heridos.
Su condición no se conoció de inmediato.
Fue un rápido estallido de alegría y optimismo entre numerosos bomberos, policías y otros que lenta y constantemente escarbaban entre los escombros que cayeron cuando el edificio que estaba siendo derrumbado se colapsó estruendosamente haciendo llover ladrillos hacia la tienda de segunda mano.
Momentos antes, un sombrío alcalde Michael Nutter dio una conferencia de prensa sobre el accidente, la búsqueda y rescate e indicó que fallecieron un hombre y cinco mujeres.
Los equipos de rescate utilizaron cubos y sus manos para retirar ladrillos y escombros en la búsqueda de sobrevivientes. Nutter indicó que los trabajadores de emergencias habían sido "diligentes, determinados y enfocados" en sus esfuerzos de rescate.
"Si hay alguien más en ese edificio, lo encontraremos", indicó.
Los bomberos habían reportado anteriormente el deceso de una mujer y que había 13 heridos. Las bolsas de cadáveres fueron retiradas de los escombros en la noche.
Después de la conferencia de Nutter, los bomberos reportaron el rescate de una mujer de entre los escombros en la tienda del Ejército de Salvación cuando los socorristas escucharon su voz, dijo el comisionado de bomberos Lloyd Ayers. Todavía falta registrar 40% del área donde ocurrió el colapso y los rescatistas estaban preparados para cavar entre los escombros toda la noche para buscar a víctimas, indicó.
"Es un entorno peligroso para nuestra gente, bomberos y paramédicos. Tomaremos nuestro tiempo", indicó Ayers.
Los sobrevivientes fueron llevados a hospitales y presentaban heridas leves, algunos de ellos fueron atendidos y dados de alta.
El edificio de cuatro pisos se colapsó el miércoles por la mañana. En la construcción vacía alguna vez hubo un local de emparedados en el primer piso y apartamentos arriba. La tienda de objetos usados estaba a un lado. Del otro estaba una librería y un teatro que en los últimos meses habían sido desmantelados.
Varios testigos dijeron que estaban al pendiente de los trabajaos de demolición y se preguntaron cómo los trabajadores seguían con su labor. Dijeron que escucharon un estruendoso sonido inmediatamente antes del colapso.
Verónica Haynes se encontraba en el primer piso de un edificio de apartamentos al otro lado de la calle.
"Miraba por la ventana viendo cómo trabajaban varios hombres en el edificio y de repente escuché un gran ruido", dijo la mujer. "A continuación vi que se había derrumbado un costado del edificio sobre otro edificio".
Patrick Glynn y Anthony Soli trabajaban en el tejado de una construcción cercana cuando escucharon un ruido parecido a dos detonaciones potentes. Descendieron inmediatamente por el andamiaje en busca de víctimas y sacaron a dos mujeres y un hombre de los escombros.
Glynn agregó que había visto cómo los trabajadores desmontaban el edificio en las últimas semanas y agregó que en su opinión el colapso era inevitable debido a los métodos que utilizaban los albañiles para abatirlo.
"Durante semanas se habían concentrado en los extremos del edificio, quitando ladrillos", dijo. "Era evidente que podía desplomarse en cualquier momento. Sabía que iba a pasar eso".
Steve Cramer, quien ha estado trabajando durante varios días como lavador de ventanas al otro lado de la calle, dijo que la cuadrilla de demolición dejó un muro divisorio de nueve metros (30 pies) sin refuerzos, lo que comprometió la integridad del edificio.
"Lo estuvimos pronosticando durante la semana pasada: se va a caer, se va a caer", comentó su compañero de trabajo Dan Gillis.

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