Según informó el portal Huffington Post la Drug Enforcement Administration (DEA) tiene serias sospechas para creer que la famosa cantante internacional Jenni Rivera podría haber sido víctima del cartel del narco mexicano.
Primero porque fue amenazada hace poco tiempo por un cartel, por lo cual reforzó la seguridad de su entorno. Y segundo porque la fuerza antidroga le está pisando los talones desde hace tiempo a Christian Esquino, propietario de la empresa a que pertenecía el avión que se estrelló matando
a toda su tripulación, y donde iba Rivera.
Según lo establecido hasta el momento, el LearJet en el que viajaba Rivera el 9 de diciembre cayó casi en picado y a más de mil kilómetros por hora, pocos minutos después de despegar del aeropuerto de Monterrey.
Mientras tanto, Esquino jura que no tiene nada que ver con narcos ni sabotajes mortales. Esquino dijo el viernes pasado que la DEA lo ha estado investigando desde la década de los 80, desde que vendió un avión que luego cayó en manos de la agencia antidroga estadounidense durante un operativo contra el narco.
Sin embargo desde la DEA
la vocera Lisa Webb Johnson a dicho que este año dos aviones pertenecientes a la empresa Starwood Johnson, propiedad de Esquino, han caído bajo sendos operativos de la agencia antidroga, puesto que fueron usados para transportar cocaína.
El gobierno de EEUU además afirma que Christian Esquino está involucrado con el famoso cartel de Tijuana de Félix Arellano. Lo único que el empresario ha confirmado de todos los dichos de las últimas dos semanas, a partir de la tragedia, es que en efecto la cantante Jenni Rivera le expresó su deseo de comprar uno de sus aviones, y fue justamente la aeronave en que se mató la que más le atraía.
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