09 enero 2013

Gasta los ahorros de su vida al saber que tiene cáncer terminal y después sobrevive


A Lisa Russell los médicos le dijeron que iba a morir, porque tenía un tumor maligno en el pulmón que no podía operarse. Así que decidió gastar los ahorros de su vida en compartir un largo viaje con sus hijas y su marido. Tres años después, la mujer de 37 años está viva y el cáncer ha remitido.
Lisa Russell ya había superado un cáncer de útero cuando los médicos le diagnosticaron un tumor maligno en fase terminal en uno de sus pulmones.
No podía operarse y los médicos le aseguraron que con quimioterapia podía sobrevivir unos 18 meses. En ese momento, la mujer decidió que se gastaría sus ahorros y todo lo que tenía en pasar con su familias las mejores vacaciones de su vida.
Lisa escribió cartas de despedidas a sus dos hijas para que no la olvidaran y para que supieran lo mucho que las amaba, según publicó el Daily Mail.
Su mayor temor era que sus hijas, Chloe y Georgia, que entonces tenían 13 y ocho años- no la recordaran. Lisa había crecido sin su madre y la idea de que esto le sucediera a sus hijas la atormentaba.
“Odiaba la idea de que mis hijas tuvieran una infancia sin madre, como yo”, contó Lisa. “Yo no quería que la historia se repitiera por lo que me juré crearles tantos recuerdos maravillosos como fuera posible.”
Organizó fiestas y recogió donativos, se casó con su pareja Anthony y organizó viajes de vacaciones en Lanzarote, Bulgaria y Turquía.
“Derrochamos el dinero en una villa de lujo con nuestro dinero y el de los regalos de boda. Era imposible olvidar el cáncer, pero era fantástico ver a las niñas jugar en el mar y en la playa”, contó Lisa.
La mujer se sometió a la quimioterapia y en 2010 realizó el que sería su último viaje, a Turquía para que sus recuerdos no fueran “de estar en un hospital. Yo quería que fueran recuerdos felices, sin preocupaciones. ”
Al regreso de Turquía, Lisa ya había vivido más allá de lo que le pronosticaron. Los médicos del hospital de Christi, de Oldham, estaban sorprendidos.
Fue sometida a una biopsia y le informaron de que su tumor se había reducido tanto los no pudieron encontrarlo. Han pasado tres años y Lisa sigue teniendo chequeos médicos periódicos.
Su marido Anthony ha perdido el trabajo, pero esta mujer no se arrepiente de su decisión de gastarlo todo en estar juntos.
“No me arrepiento de lo que hice. “Recibir la noticia de que me estaba muriendo me enseñó que como la vida puede ser corta tiene que ser vivida.”

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