02 enero 2013

NUEVA YORK - Esperan que sobreviva asesino de DOMINICANA


NUEVA YORK.- Las autoridades se mantienen atentas al estado de Jonathan Peña Castillo, principal sospechoso del asesinato de la joven dominicana Edith Rojas, y quien se debate entre la vida y la muerte en el hospital.
El hispano, de 21 años, intentó suicidarse después de presuntamente matar a puñaladas a su exnovia Rojas, en el último día del 2012.
Mientras tanto, la familia y los vecinos de Edith Rojas, colocan velas y altares en la calle Thayer, en Inwood, en el lugar donde falleció la joven de 19 años.

"No se merecía esto, no se merecía esto…", decía su hermano Ronny Peralta entre sollozos, mientras colocaba una foto de su hermana en un árbol frente al domicilio familiar, donde Rojas fue apuñalada. "Sólo porque no le quiso, no se merecía esto".
Los hechos ocurrieron en la tarde del 31 de diciembre, cuando, de acuerdo con la investigación policíaca, la adolescente volvía de la lavandería a su casa y se encontró con Peña Castillo, esperándola en la puerta.
Sin que se conozca si antes hubo una discusión previa, Peña Castillo presuntamente apuñaló en varias ocasiones a Rojas y luego huyó de la escena.
La víctima, a pesar de las graves heridas, fue capaz de llamar a su madre por su celular, pero fue declarada muerta nada más llegar al hospital Presbyterian.
Según su amiga Liliana Tejada, hacía un tiempo que Rojas temía que Peña Castillo le hiciera daño. "Ella me dijo que iba a cambiar su número" de teléfono, para que el hombre no la siguiera amenazando, contó.
Tras el asesinato, Peña Castillo se detuvo en el cercano parque de Fort Tryon y se apuñaló a sí mismo en el cuello y el abdomen con el mismo cuchillo con el que supuestamente antes había herido mortalmente a la que una vez fue su novia.
Anoche continuaba en estado crítico en el hospital St. Luke y custodiado por NYPD.
"Espero que salga vivo de esta para que se pudra en la cárcel", dijo una vecina que vive en el mismo edificio que los Rojas y que prefirió no identificarse. "Era la muchacha más sencilla, alegre y natural del mundo, que aunque nunca llevara maquillaje siempre resplandecía", expresó.
Este homicidio fue el último que se registró en la ciudad de Nueva York en todo 2012. Fue el asesinato 417 del año, la cifra más baja desde 1963, cuando se empezaron a recoger datos.

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