El mayor y lógico miedo para Derrick Rose reside en volver a lesionarse. La rotura del cruzado anterior de su rodilla izquierda sufrida en Playoffs antes los 76ers le hizo caer en un pozo del que poco a poco va saliendo.
El base de los Bulls es competitivo hasta decir basta, y él mismo es quien se presiona más para volver a las canchas lo antes posible.
Sin embargo, tanto Rose como los Bulls han decidido inteligentemente tomarse su vuelta con toda la paciencia del mundo. Si no ha de estar para esta temporada, no se le va a forzar. “Cuando llegue el momento, tengo que estar listo y demostrar a la gente que estoy para jugar”, comentaba Rose en una entrevista para ESPN.
“¿Quién sabe cuándo llegará ese día? Si se trata de todo el año, yo esperaré todo el año. ¿Y qué? Y si vuelvo en el All Star, ¿qué pasaría? Creo que he aprendido que lo que más me va a ayudar es mi paciencia. Soy mucho más paciente”.
Los médicos serán quienes tengan la última palabra sobre la presencia o no de Rose en la cancha.
Es probable que su reaparición sí sea en algún momento de esta temporada. Pero no se trata de hacerle volver lo antes posible, sino de hacerle volver para el más largo de los plazos.
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Paul, recuperado
Los Clippers están de en hora buena, ya que la vuelta de Chris Paul es una realidad. Ya ha recibido el permiso médico para poder entrenar con toda normalidad, después del desgarro en el ligamento de su pulgar derecho sufrido durante los Juegos Olímpicos de Londres. Sin embargo, esto no quiere decir que se le vaya a ver en los dos amistosos que disputarán ante los Heat en la gira por China. La cautela será la norma de actuación en la franquicia.
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