15 octubre 2012

En el sexo, los más chicos son los más tramposos


BBC Mundo. Las ranas arbóreas de menor tamaño hacen trampa con mayor frecuencia para conquistar pareja, según científicos en Francia.
Los investigadores estudiaron la respuesta de ranas de diferentes dimensiones ante un coro de llamados de otros individuos durante el cortejo.
 Los machos más pequeños mostraron una estrategia clara, según los científicos.

 En lugar de hacer llamados más frecuentes para hacerse notar, las ranas de menor tamaño se colocaban cerca de los machos de mayores dimensiones.
Estas tácticas de "engaño" son fundamentalmente una estrategia para superar la desventaja intrínseca de ser más chico, de acuerdo con el estudio.
Tácticas.  Los científicos querían saber qué lleva a algunos animales a adoptar "tácticas parasitarias" durante el cortejo, aprovechando la energía invertida por otros machos mayores en producir sonidos.
Las ranas más pequeñas "engañan" con más frecuencia para lograr reproducirse.
El enfoque tradicional, en cambio, conocido como "táctica clásica" es usar grandes cantidades de energía para competir con otros machos.
En el caso de las ranas arbóreas, estas tácticas se manifiestan o bien a través de llamados más frecuentes (táctica clásica) o bien a través de una mayor cercanía a un macho atractivo, con el fin de confundir a las hembras.
Los científicos querían determinar si las ranas recurrían a tácticas parasitarias debido a su tamaño menor o a la falta de alimento.
"El hallazgo más importante de nuestro trabajo es que, en comparación con la desventaja de ser pequeño, la escasez de alimentos durante determinado periodo y la consecuente falta de energía no tienen un impacto significativo en la probabilidad de que las ranas adopten una u otra táctica", dijo Loic Brepson, estudiante de doctorado en ecología del comportamiento en la Universidad de Lyon.
"Por primera vez en este estudio, gracias a un enfoque experimental, podemos comparar cuantitativamente estos dos efectos y afirmar que uno es completamente irrelevante frente al otro".
Experimento con parlantes.  Brepson y sus colegas estudiaron 100 ranas arbóreas europeas macho en estanques cercanos a Lyon.
Los investigadores vaciaron los estómagos de los anfibios y luego alimentaron a la mitad del grupo con grillos y otros animales.
 La otra mitad del grupo no recibió alimentos durante una semana.
"Algunos individuos explotan la inversion de energía de otros individuos para reproducirse.
La adopción de una u otra táctica depende básicamente del coeficiente costo-beneficio para cada individuo".
Todas las ranas fueron colocadas luego en un estanque en el laboratorio y los científicos reprodujeron a través de parlantes grabaciones de llamados atractivos y no atractivos de su misma especie.
Los llamados más atractivos para las hembras tienen una amplitud diferente.
Las ranas respondieron al coro haciendo sus propios llamados, acercándose a la fuente de algunos sonidos o permaneciendo inmóviles.
Los científicos comprobaron que las ranas más pequeñas usan tácticas parasitarias con mayor frecuencia.
Pero esta tendencia no fue mayor en los anfibios que no habían sido alimentados.
Brepson afirmó que existe un gran interés en la comunidad científica por comprender el papel de tácticas alternativas de reproducción.
"Algunos individuos explotan la inversión de energía de otros individuos para reproducirse.
 La adopción de una u otra táctica depende básicamente del coeficiente costo-beneficio para cada individuo".
El investigador dijo que las conclusiones del estudio probablemente puedan aplicarse a muchos anuros, como se denomina al grupo animal que incluye ranas y sapos.
"Y probablemente también sea relevante para otros grupos taxonómicos con comportamientos de reproducción similares", añadió Brepson.
El estudio fue publicado en la revista Animal Behaviour.

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