AFP) - Una tentativa de fuga ocurrida el martes en una cárcel de Gómez Palacio, en el norte de México, dejó 23 muertos (nueve custodios y 14 reos) según nuevos reportes entregados la tarde de este miércoles por autoridades.
"Hasta este momento el saldo es de 23 muertos, de ellos 14 son reos, nueve custodios, mientras que siete custodios se encuentran gravemente heridos", dijo a la AFP Fernando Ríos, vocero de la secretaría de Seguridad Pública del estado de Durango, al que pertenece Gómez Palacio.
El vocero añadió que el reclusorio "fue vaciado totalmente por medida cautelar. Esta decisión fue tomada por la policía federal". Ríos indicó que en total fueron trasladados a otros penales de la región medio millar de presos.
Las autoridades habían entregado el martes un balance de 17 muertos, cifra que ha ido aumentando en el transcurso de este miércoles.
El titular de la secretaría de Seguridad Pública estatal Jesús Rasso dijo a la prensa que el enfrentamiento se inició cuando los custodios encendieron la alarma al darse cuenta de que los presos planeaban la fuga. Inmediatamente los reos empezaron a disparar contra los carceleros y las torres de vigilancia.
Rosso rechazó precisar el tipo de armas que los presos utilizaron para atacar a los custodios y cómo las obtuvieron.
Los guardias fallecidos "no tenían armas" porque "al momento de estar en contacto con los internos" no las podían utilizar, explicó.
Únicamente los agentes que se encontraban en el exterior de la cárcel tenían autorización para usar armas, explicó.
Un total de 137 reos habían sido trasladados el domingo desde esta cárcel a otros penales federales y se había realizado una revisión a los detenidos en la que les fueron incautadas diveross tipos de armas, teléfonos celulares y electrodomésticos, añadió.
La llegada de militares el martes por la tarde, que tomaron el control del penal, evitó la fuga, añadió el funcionario.
Esta cárcel tiene un negro historial, que incluye la detención de la exdirectora en 2010 cuando se descubrió que autorizaba a presos, vinculados al cártel de Los Zetas, a salir por las noches para cometer crímenes con armas oficiales y regresar luego a sus celdas.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el 60% de las cárceles de México son controladas por grupos del crimen organizado.
En los últimos dos años, 521 presos huyeron en 14 fugas y se registraron cientos de homicidios dentro de las cárceles mexicanas, que carecen de procedimientos para la atención de incidentes violentos, tales como riñas, lesiones, suicidios y motines, según esa Comisión.
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