17 diciembre 2012

DE ULTIMO MINUTO - Adam Lanza, el autor de la masacre de 20 niños y siete adultos en Connecticut era vegano y no sentía dolor

Diciembre 17
Matanza
NUEVA YORK. Adam Lanza, el autor de la masacre de 20 niños y siete adultos en una escuela primaria de Connecticut, afirmaba no sentir el dolor y era vegano porque “no toleraba que mataran animales para que vivan seres humanos”.
Lo dijo Russ Hanomann, un amigo de la madre del asesino, Nancy, su primera víctima.

“Tenía problemas, pero no era violento. Era vegano porque no toleraba que mataran animales para que vivan seres humanos”,dijo Hanomann.
Lanza se suicidó después de asesinar a 20 niños y 7  adultos- entre ellos a su propia madre- tras irrumpir en una escuela primaria de la localidad de Newton, estado de Connecticut.
Los veganos no usan ni consumen productos de origen animal.
A medida que avanzan los días, se van conociendo más detalles del múltiple asesino y su madre.
Según allegados a la familia, la madre del joven temía desde hace años que su hijo sufriera de problemas mentales. Ya cuandoAdam tenía 9 años, le dijo a la niñera que lo cuidaba que no lo dejara solo ni para ir al baño, ya que temía que pudiera dañarse a sí mismo.
El joven terminó suicidándose tras perpetrar la matanza el viernes pasado.
Incluso, un amigo de la madre, que frecuentaba el mismo bar que la mujer, dijo que Adam aseguraba no sentir dolor.
“Recientemente había comenzado a quemarse con un encendedor, quizás para ver si sentía algo”.
“Ella me dijo una vez que no lograba conectar con él. Temía perderlo”, declaró el hombre.
Rubia y de 52 años, Nancy Lanza se había quedado sola con Adam después del divorcio de su marido, Peter, en el 2009.  Su otro hijo, Ryan, no vivía con la familia desde el 2006 y no tenían ningún tipo de relación.
Según su ex cuñada, Nancy “acumulaba armas, bienes de consumo, alimentos. Estaba aterrorizada por la crisis económica y decía que podía desencadenarse un caos social”.
Nancy quería darle a Adam una vida normal, y por ello lo había convencido de marcharse al oeste, al estado de Washington, para que comenzara la universidad.
“El era toda su vida. Habrían partido juntos”, dijo Mark Tambascio, el dueño de un restaurante que conocía a la mujer desde hace años.
Hoy, en Estados Unidos todos se preguntan quién era en realidad Nancy. La madre amorosa que solía recostarse a un costado de la cama de su hijo cuando éste enfermaba, o la mujer loca por las armas, que las coleccionaba y temía que un caos social acabase con el estilo de vida norteamericano. Una sola cosa es cierta: Nancy Adam tenía en su casa una enorme colecciónde pistolas y armas automáticas. Y le había enseñado a su hijo cómo usarlas desde que tenía apenas nueve años.

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