Sammy Sosa demuestra mucho miedo cuando se abstiene de emitir una opinión sobre su posible ingreso a Cooperstown.
Alega, con mucha timidez, que no quiere “influenciar” en las decisiones que podrían adoptar los que seleccionan.
Ante el océano de conjeturas que se ha producido, prácticamente desde su
retiro, sobre el posible uso de esteroides por parte del propio Sammy, Mark McGwire, Rafael Palmeiro y Barry Bonds,
entre otros, todos ellos no han tenido el “valor” de enfrentar a sus críticos.
Rehuyéndole a esas acusaciones, como lo ha venido haciendo hasta ahora, en vez de ayudarse se perjudica.
Sus asesores deben aconsejarle que, antes que estar dándole de lado al escrutinio a que está sometido, debe hacerle frente en todos los escenarios que se le s presenten.
Lo primero que tiene a su favor es que las acusaciones sobre el posible uso de esteroides no han podido ser comprobadas, por lo que todo se queda en especulaciones.
Seguir dándole de lado a las preguntas de los periodistas sobre el tema, es una falla que le hace mucho mal, porque crea en la gente la percepción de que tiene temor al tema. Escrito por: Hugo López Morrobel.
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